domingo, 31 de marzo de 2013

Murmullos en el desierto


Hace unos días estuvimos en la exposición de David Guirao, un ilustrador con un estilo muy personal.

Para preparar la exposición, elegimos tres de los libros en los que ha participado: El príncipe que cruzó allende los mares, El libro de Oriana y El domador de osos. Los dos primeros los cogimos de la biblioteca y el tercero lo teníamos en casa, pues mi hijo mayor lo había trabajado en el cole (incluso se lo había dedicado Daniel Nesquens, el autor).




Después de leerlos en voz alta durante varias noches (El libro de Oriana lo dejaremos para más adelante, pues está pensado para niños más mayores y les costaba seguirlo), estuvimos curioseando el blog de David Guirao para entender mejor las ilustraciones; de dónde obtiene la inspiración, qué significado tienen algunos de los detalles...

Y por fin, una tarde nos acercamos a ver la exposición.



Curiosamente y pese a no interesarles el texto, los dibujos de El Libro de Oriana fueron los que más gustaron.



martes, 5 de marzo de 2013

Barco con reciclaje


Hay que ver el juego que dan las hueveras de cartón. Ya os enseñamos el portátil que mi hija se fabricó con material de reciclaje; y hoy queremos mostraros un par de barcos vikingos, con mascarón de proa incluido.

Mi hija es la reina del celo; si le dejas papeles, unas tijeras y celo, es capaz de hacer casi cualquier cosa.

Para hacer el casco del barco, utilizaron un par de hueveras; para la vela, unas servilletas de papel cuidadosamente decoradas, y unos palitos de brochetas harían las veces de mástiles, remos y timón.

Cada uno eligió un motivo para su vela: L una ardilla y A un monstruo un tanto peculiar.
Aquí el monstruo que he mencionado...

El papi les ayudó a cortar los palitos de madera para fabricar el timón y los remos.

El timón terminado...
Y por fin, la bandera en el mástil más alto, con la cartulina de un embalaje rescatado del cubo del reciclaje.

Pasan muchas horas delante de las pantallas (no siempre para jugar) y cada vez resulta más difícil evitarlo, pero de vez en cuando me sorprenden con derroches de imaginación como la que hoy os enseño.